La plaza se volvió a llenar. | A. RIERA/J. AMORÓS

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La plaza de la Concòrdia volvió a quedar pequeña la noche de este viernes para acoger el tradicional assaig dels goigs. Una multitud de vecinos mostraron sus ganas de la fiesta por excelencia de la localidad y a las nueve de la noche las calles ya rebosaban ambiente.

Antes de que la Banda de Música tocara las primeras notas muchos de los asistentes ya habían aprovechado las hogueras habilitadas para torrar lomo, panceta o sobrasada. El vino y la mistela corrió a cargo del Patronat de Sant Antoni.

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Después de la torrada vino el momento más esperado cuando la banda empezó a hacerse camino hacía el gran fogueró que presidía la plaza. Allí, acompañó a los cientos de manacorins para entonar los sentidos ‘goigs' que hicieron estallar la Concòrdia en fiesta y emoción.

La canción se repitió una y otra vez por petición popular. Después, ximbombes y glosadors tomaron el relevo y al cierre de esta edición la fiesta continuaba. Algunos pocos santantoniers devotos empezaron y acabaron la fiesta como manda la tradición, otros, cerraron la noche como una fiesta más.