Tomeu Cifre Ochogavía, actual líder de Tots per Pollença.

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Diez años después de que el PP liderado por José Ramon Bauzá expulsara al entonces alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, del partido por su imputación en un caso de presunta prevaricación administrativa por la paralización de urbanizaciones mediambentalmente sensibles, el juzgado número 1 de Inca acaba de archivar la causa penal. Nunca se ha llegado a celebrar el juicio. Después de ampliar la «dilatada instrucción» el auto concluye que no hay ni siquiera indicios que hagan sospechar de una postura prevaricadora.

Cifre no ha tardado en reaccionar. No solo lamenta el coste público que ha conllevado esta causa para las arcas municipales sino también carga públicamente contra el gobierno de Bauzá que vetó su candidatura a las elecciones locales y acabó expulsándole del partido.

«Esto fue una campaña totalmente orquestada. Es decepcionante por todo lo que hemos tenido que pasar por un gobierno nefasto de Bauzá que lo que quería era, a través de estas denuncias que venían de poderes fácticos que estaban en contra de nuestro gobierno, hacerlo servir para quitar del ámbito político a los regionalistas del PP que incomodaban al partido porque no comulgaban con la política lingüística del TIL», dice el ahora líder de Tots per Pollença.

El exalcalde aún tiene fresca en la memoria la reunión a la que fue convocado en la sede del partido junto con Joan Simonet (entonces alcalde de Alaró) y Monserrat Rosselló (entonces alcalde de Vilafranca) en la que les comunicaron que el código ético del PP no les permitía repetir como cabezas de lista en las elecciones. No aceptaron la orden y decidieron crear sus propias formaciones municipales. Es lo que se conoce como el nacimiento de las ‘marcas blancas' del PP. Los pollencins fueron los más castigados ya que la dirección del partido forzó a parte de la agrupación local de los ‘populares' a presentar una lista del PP a las elecciones municipales, no en vano, en el equipo de confianza del gobierno de Bauzá estaba Bel Cerdà como directora general. Contra todo pronóstico la marca Tots per Pollença acabó siendo la más votada. Cifre no se plantea volver al redil.

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«No diría que detrás de aquella denuncia penal estaba la mano del PP, estaba a mano del gobierno de Bauzá, creo que los que denunciaron pasaron la información a la dirección del PP en ese momento porque ya les iba bien callar a los regionalistas», reflexiona. «En el juicio que nos hicieron a mi, a Simonet y a Monserrat, se notaba que estaba totalmente compinchado. Estoy convencido de que hubo algún contacto directo o indirecto entre los denunciantes y los dirigentes de entonces. En ese momento los dirigentes mandaban en el partido y en el gobierno, no había una bicefalia», añade.

Sobre la posibilidad de regresar al PP como hizo Joan Simonet (ahora conseller de Agricultura y Medi Ambient), Cifre dice: «No me lo planteo. Ya ha pasado mucho tiempo. Hemos hecho nuestro camino y continuaremos». No obstante incide en que la relación que mantiene ahora con la dirección de los populares «es totalmente distinta, de hecho ya gobernamos juntos. Con el cambio de dirección hubo un acercamiento que posibilitó el cambio de legislatura», concluye.

El archivo de la causa penal contra Cifre coincide con el regreso de la polémica del castellano como lengua vehicular en la educación en el marco del pacto suscrito por el PP y Vox. El exalcalde de Pollença opina que la situación no es equiparable. «No comparo la situación lingüística de entonces con la de ahora. Entonces fue muy forzada, en estos momentos para mi no tiene el mismo sentido. Son épocas, situaciones y coyunturas distintas», explica.

Para Cifre «la línea del PP era entonces más cercana a Vox y los regionalistas no teníamos cabida y se molestaron». No obstante recuerda que «algunos de aquellos dirigentes del PP que forzaron su expulsión continúan en el partido»