El aparcamiento de Can Cera situado en suelo rústico da cabida para cien turismos. | I. Medina

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La Agencia en Defensa del Terrirorio (ADT) abrió este jueves un expediente para investigar la posible ilegalidad del aparcamiento de Can Cera, un solar situado en suelo rústico y abierto por el Ayuntamiento de Sóller la semana pasada durante las fiestas del Firó para dar cabida a 100 coches. Así lo confirmó ayer el director gerente del ente, Bartomeu Tugores, a este periódico y aseguró que en breve realizarán una visita de inspección al solar y «después pediremos los informes que tiene el Ayuntamiento que avalan la apertura de los terrenos».

Fue el Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB) quien entregó la denuncia a la ADT tras conocer que el Ayuntamiento había habilitado dos aparcamientos en un terreno que, a su juicio, «no son aptos para estacionar vehículos». Uno de ellos está en la entrada de la localidad, mientras que el segundo se halla en el Port, junto a la salida del túnel de sa Mola. Por tanto, fue la entidad ecologista    quien pidió al Consell que levantara una acta de inspección, reclamara al Ayuntamiento de Sóller los antecedentes administrativos -que incluyen los contratos de alquileres de las fincas ocupadas e informes técnicos municipales emitidos- y resuelva incoar un expediente de disciplina urbanística, sancionador y de restablecimiento.

En este caso, tal y como informó Tugores, des de la Agencia solo se puede actuar en el aparcamiento de Can Cera, «porque está situado en suelo rústico, mientras que en el que se ha abierto en el Port, no tenemos competencia, porque es municipal». Sin embargo, si se confirma la infracción urbanística, será el Ayuntamiento quien tenga que delegar la gestión a la ADT para restablecer la legalidad, «ya que cuando Sóller cedió las competencias en disciplina urbanística al Consell no incluyó este solar».

Reacción

Tras conocer la denuncia del GOB, el concejal de Gobernación y de Movilidad, Carlos Darder y Pep Porcel respectivamente defendieron que la medida se hizo por «la necesidad de crear aparcamientos provisionales en unos terrenos que no tenían ningún uso y que se encuentran en la misma situación que otros siete aparcamientos públicos de Sóller que están en suelo protegido (cementerio; Estiradors; Bisbe Colom; Institut; Camp de sa Mar; Camp Llarg; Es Canyís; polvorí del Cingle; Cetre». Por tanto, los ediles mantienen que seguirán abiertos «a no ser que nos obliguen a cerrarlos, porque entre todos dan cabida a más de mil plazas y cerrarlos llevaría al colapso», aseguran.