Vista panorámica de Bunyola | Archivo

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El Ajuntament de Bunyola ha tenido que tomar medidas y limitar el consumo de agua para sus vecinos, tras detectar que diversos chalets estaban gastando una gran cantidad de este recurso y, en consecuencia, se estaban vaciando los depósitos municipales.

«Las reservas estaban al 10% de su capacidad», aseguró ayer el alcalde, Joan Toni Riera, quien la semana pasada al percatarse de la bajada en las reservas de agua, decidió cortar el suministro en algunas partes del municipio durante unos días para permitir que los depósitos se volvieran a llenar.

Al confirmar que la situación se debía al consumo desmesurado de algunos particulares, el equipo de gobierno decidió tomar medidas. En ese sentido, Riera firmó ayer un bando en el que limita el consumo de agua diario por persona a un máximo de 200 litros. Además, la norma también recuerda que el agua de la red municipal es solo para el consumo humano: «Está restringido el uso de agua potable para regar jardines, llenar piscinas, limpiar coches o terrazas así como cualquier otro consumo excesivo». En el mismo texto también se solicita la «máxima colaboración ciudadana» y se advierte que de no ser así «se tendrán que tomar medidas todavía más restrictivas».

Cabe recordar que Bunyola no es el único municipio que esta primavera ya ha adoptado esta medida, sino que Artà y Estellencs también lo han tenido que hacer. En sus casos, han limitado el consumo diario por persona a 120 litros, una cantidad significativamente inferior a esta primera medida que ha tomado Bunyola.

El municipio está estudiando externalizar el servicio de agua

La falta de agua en Bunyola no es un hecho puntual sino que se repite año tras año al llegar el verano. Además de por la sequía o por el consumo desmesurado de algunas casas, otro de los grandes motivos son las averías. En ese sentido el alcalde explicó que se está estudiando externalizar el servicio.