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Potenciar la autonomía de las personas con discapacidad intelectual y facilitarles el acceso a una vivienda. Este es el objetivo de la nueva campaña impulsada por Aproscom Fundació, que bajo el lema, 'Cases buides: oportunitats d'autonomia' busca incentivar a los propietarios de Llevant, Pla i Migjorn a alquilar casas a personas con discapacidad intelectual que reciben el acompañamiento del servicio de Suport a l'Habitatge de la Fundació i el IMAS -actualmente el servicio atiende a más de 60 usuarios-.

«Con esta campaña queremos dar respuesta a la necesidad de vivienda para las personas
con discapacidad intelectual que quieren vivir de manera autónoma, un derecho fundamental reconocido en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Se trata de personas adultas, que tienen capacidad económica para asumir un alquiler y que son usuarias de nuestro servicio», explica Eva de Francisco, responsable de comunicación de la entidad.

El servicio de Suport a l'Habitatge ofrece orientación y apoyo a personas con discapacidad
intelectual que quieren vivir de forma independiente. «Ofrecemos a cada persona una atención dinámicay flexible, adaptada a sus necesidades, intereses y momento vital, incidiendo sobre aquellas
áreas que son prioritarias para ella», matiza Pep Nula, responsable del servicio.

Desde la Fundació recuerdan que el precio de alquiler en la Illes Balears ha incrementado en un 158 % en los últimos 10 años lo que dificulta aún más el acceso a una vivienda. A este hecho, las personas con discapacidad intelectual suman también otras dificultades, como los estereotipos. «Tenemos personas trabajadoras, con ingresos regulares que tendrían que permitirles vivir de forma autónoma, pero que tienen dificultades para encontrar viviendas que se ajusten a su presupuesto. Y cuando lo encuentran, a veces, todavía tienen que superar otra dificultad: los estereotipos sobre las personas con discapacidad intelectual», cuenta Lee-An Gomila, educadora social del servicio.

En este sentido, las preocupaciones más habituales de los propietarios giran en torno a la capacidad de las personas con discapacidad para cuidar la casa, responsabilizarse de los pagos y mantener una buena convivencia con los vecinos. «Entendemos estos miedos pero creemos que nacen del desconocimiento», cierra Nula.

Así, la Fundació actúa de intermediario y permite que los propietarios conozcan a los futuros inquilinos. «Los propietarios no solo pueden obtener rentabilidad de sus viviendas, sino que también tienen
la oportunidad de participar en un proyecto social transformador que favorece la igualdad y la
inclusión», concluyen.

Los interesados en este proyecto pueden apuntarse en la web de la entidad.