Francisco, que es el presidente de la Asociación Veterancars de coches antiguos, compró el vehículo a una señora suiza que buscó la tranquilidad de nuestra Isla y se instaló en s'Alqueria Blanca, donde dejó de utilizarlo. De ahí que se tuviera que hacer una rehabilitación en toda regla, aunque según nos cuenta su propietario no fue difícil, ya que no hubo ningún problema de repuestos, aunque, eso sí, se tuvieron que buscar en el país de origen del vehículo: Francia.
La marca Peugeot inició la fabricación de este modelo terminada la II Guerra Mundial y mantuvo su fabricación hasta 1960. Se fabricaron 700.000 unidades con una idea preconcebida: que fuera una berlina lo más parecida a los coches americanos y lo cierto es que lo consiguieron, pues su imagen recuerda muchos a los coches americanos de la década de los 50 y 60. Tanto es así que incluso se buscó que fuera un coche potente, de ahí que fue concebido para llevar un motor de ocho cilindros, aunque para ahorrar costes y consumo se le instaló uno de cuatro.
Aun así alcanza fácilmente los 120 km/h y dispone de un depósito de gasolina de 60 litros para poder recorrer largas distancias sin repostar, algo importante en aquella época, ya que no había tantas estaciones de servicio como ahora. Es un coche de un rendimiento muy bueno y dispone de calefacción, algo importante para algunos países donde se vendió. Según su propietario existen otros dos en la Isla, aunque no están restaurados y fuera de circulación.
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