Algunos asteroides son más pequeños que los instrumentos que se utilizan para observarlos.

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J.R. ROMERO - WASHINGTON Mañana, lunes, astrónomos destacados de la NASA y de distintas agrupaciones astrofísicas analizarán en la Universidad Cornell de Nueva York el riesgo de colisión con la Tierra que esconden los grandes asteroides. El mensaje de tranquilidad es unánime. El riesgo para la Tierra es mínimo. Pero Paul Chodas, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, opina que sólo el 15 por ciento de los asteroides con capacidad de provocar en la Tierra un gran cataclismo han sido descubiertos.

Pero la colisión del denominado Shoemaker-Levy contra Júpiter, recogida por numerosos telescopios, y que provocó una gigantesca explosión en el planeta, demuestra que la posibilidad de un encuentro existe. De ser así, el encuentro de uno de los más de 2.000 asteroides de un tamaño superior a dos kilómetros que existen provocaría en la Tierra un daño comparable al de varias bombas de hidrógeno.

La nube de polvo que levantaría y los movimientos oceánicos que provocaría podrían poner en peligro la vida en la Tierra tal como la conocemos, sostienen astrónomos que trabajan en modelos a escala. Icaro y Eros son dos de los que poseen el tamaño necesario para provocar una catástrofe, pero recientemente se ha estudiado el que parece ser el asteroide más pequeño conocido. Se denomina KY26 y apenas tiene un diámetro de 30 metros. «Irónicamente "ha dicho Steven Ostro, uno de los investigadores que lo han estudiado" este asteroide es más pequeño que los instrumentos de radar que utilizamos para observarlo».

El astrónomo Richard Binzle, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, ha presentado un revolucionario método para medir el riesgo que existe de colisión de un asteroide con la Tierra.