El presidente del Comité Nobel noruego, Francis Sejersted, echó por
tierra todas las especulaciones en torno al premio Nobel de la Paz
1999, al anunciar ayer en Oslo que los galardonados son los
componentes de la organización no gubernamental Médicos sin
Fronteras (MSF).
Sejersted leyó ante la prensa la justificación de los cinco
diputados que componen el Comité Nobel, que otorgan el premio a MSF
«en reconocimiento de su trabajo humanitario pionero en varios
continentes». En los últimos días, los rumores de la prensa sobre
la posibilidad de que se concediera el Nobel a los disidentes
chinos Wei Jingsheng o Wang Dan, despertaron las iras de Pekín por
lo que consideraba una «intromisión en los asuntos internos
chinos». Ayer fuentes del gobierno chino manifestaron su
satisfacción por la no concesión del premio a los disidentes.
«El Comité tomó su decisión el pasado 29 de septiembre, y no la
hemos alterado», dijo Serjested en rueda de prensa, al terminar de
leer los fundamentos del premio.
Serjested negó rotundamente que la designación para este año
haya sido modificada en el último momento debido a presiones
internacionales, especialmente las que llegaron de China.
«Médicos sin Fronteras ha merecido este premio, y puedo afirmar
que es la organización más capacitada para recibirlo este año. Voy
a sentir una enorme satisfacción cuando MSF aproveche el prestigio
que ahora tiene para su trabajo posterior», resaltó Sejersted.
Según la justificación del premio, Médicos sin Fronteras merece el
Nobel por sus principios de que «los límites nacionales o las
circunstancias y simpatías políticas no deben influir en la
elección de los destinatarios de la ayuda humanitaria».
«Al mantener una independencia total, la organización ha
conseguido cumplir estos ideales», indica la nota elaborada por el
Comité Nobel de Oslo.
En su opinión, la intervención de los facultativos voluntarios en
catástrofes humanitarias, «contribuye a que la opinión pública se
oponga a las violaciones de derechos humanos y a los abusos de
poder».
Su labor crea además «puntos de contacto entre los
antagonistas», y proporciona a la víctima «un rostro humano, es un
símbolo de la dignidad de esa persona, y una fuente de paz y
reconciliación», escribe el organismo. El Comité Nobel no considera
1999 como el último del milenio, pero está preparando un evento
especial para el 2001, cuando se celebre el centenario de la
concesión de los galardones, que se entregaron por primera vez en
1901, informó a la prensa el secretario del organismo, Geir
Lundestad.
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