El desgarrador relato de una médica sobre las condiciones inhumanas
de la cárcel parisiense de la Santé ha atizado una viva polémica y
obligado a los responsables de la prisión más célebre y hermética
de Francia a abrir, por primera vez, sus puertas a la prensa.
Veronique Vasseur, doctora jefe de la Santé desde 1993, no podía
imaginarse que la aparición en «Le Monde» el pasado día 14 de unos
pasajes de su libro «diario de a bordo» "que saldrá a la venta a
finales de este mes" iba a tener el impacto de una bomba y provocar
una reacción sin precedentes en el Ministerio de Justicia
francés.
El impresionante testimonio de la médica sobre sus siete años en
el «calvario» de la Santé no sólo ha dejado estupefactos a los
lectores del influyente diario, sino también desencadenado un
debate que ha puesto en el ojo del huracán el sistema carcelario
francés.
La magnitud de la polémica provocada por esta desesperada
denuncia llevó ayer a la Administración a abrir por primera vez las
puertas de la infranqueable Santé a los periodistas para intentar
«rectificar informaciones» y «dar precisiones» sobre su testimonio.
El director de la Santé, cárcel ejemplar cuando fue construida en
1867, admitió ayer que ésta «ya no se adapta a las condiciones de
detención del siglo XXI», aunque criticó, al igual que el
Ministerio de Justicia, algunas aseveraciones de la doctora.
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