En el banquillo de los acusados se sientan cinco personas

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AGENCIAS - TARRAGONA El incendio en la central nuclear de Vandellós I se inició en la turbina de uno de los generadores eléctricos junto al reactor nuclear la noche del 19 de octubre de 1989. Cuando los bomberos acudieron a la central desconocían que el fuego se encontraba dentro de la central y no tuvieron más remedio que utilizar agua sobre la zona de producción eléctrica, que se encontraba paralizada.

Aun así, la inundación del sistema de refrigeración bajo el reactor y la entrada de agua del mar por una junta alteró el funcionamiento de la central.
Según el informe sobre el accidente redactado por el CNS el plan de emergencias Penta no se aplicó en ningún momento por la dirección de la central y no se declaró el incendio como emergencia. Por ello, cuando el Gobierno Civil lo activó no disponía de la información necesaria para adoptar medidas adecuadas.

A raíz del incendio, la central fue clausurada definitivamente en julio de 1990 y desde entonces se realizan trabajos de desmantelamiento.
En el banquillo de los acusados se han sentado Fernando Roset, Mariano Mataix y el entonces director de la central, Carlos Fernández Palomero, los tres directivos de Hifrensa, propietaria de la planta, y Enrique Echavarri y Jacobo Díaz, ambos directivos del Consejo de Seguridad Nuclear.

El fiscal solicita para los cinco procesados 4 meses de arresto y una multa de tres millones de pesetas para cada uno, acusados de un delito de riesgo o, alternativamente, de un delito contra la ley de energía nuclear.

El ex director de la central, Carlos Fernández Palomero, reconoció que el incendio que se produjo hace 10 años en la turbina de la nuclear «tuvo gran importancia y repercusión».

Palomero señaló que la noche del accidente, 19 de octubre de 1989, tuvo problemas con las comunicaciones, concretamente en el fax, y por ello, no se notificó por escrito al Gobierno Civil la puesta en marcha del plan de emergencia interior.