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España, al igual que los demás países de la Unión Europea, defiende en la reunión de Montreal (Canadá) de los miembros del Convenio sobre Diversidad Biológica, la regulación de los transgénicos de acuerdo con el Protocolo de Biodiversidad.

Este protocolo debe servir de marco jurídico internacional para garantizar que el movimiento transfronterizo de los organismos genéticamante modificados sea seguro para la conservación y de la biodiversidad y la salud humana.

El elemento clave del protocolo es, según el Ministerio de Medio Ambiente, el hecho de que el país exportador debe notificar información adecuada a una autoridad nacional competente del país importador.

Además, España aboga por establecer un procedimiento de notificación y autorización previa que garantice el derecho de los países a evaluar el riesgo de un organismo manipulado antes de ser liberado, así como exigir su identificación y etiquetado con información completa. El Protocolo de Bioseguridad de Montreal, que 130 países discuten desde ayer en esta ciudad, enfrenta a los ecologistas, empeñados en la preservación de la biodiversidad del planeta, con los intereses económicos de las grandes compañías productoras de productos transgénicos. La reunión durará hasta el viernes, y será el nuevo «campo de batalla» entre los grupos alternativos y los intereses económicos.