Los incidentes producidos en El Ejido han hecho despertar las voces
de alerta sobre las condiciones laborales y sociales de muchos
trabajadores inmigrantes. Durante los últimos días, las autoridades
han insistido en que las malas condiciones de vida, el hacinamiento
de los inmigrantes en chabolas y la falta de formación provocan un
rechazo inconsciente que es la semilla de comportamientos racistas
y xenófobos. Mientras, en el barrio de Tarrasa de Ca n'Anglada,
unos desconocidos prendieron fuego a una carnicería propiedad de
marroquíes. Esta barriada fue escenario el pasado verano de fuertes
conflictos entre los vecinos y los inmigrantes.
Con el conflicto de Almería aún sin resolver, el presidente de
la Asociación de Trabajadores Inmigrantes en España, ATIME,
Abdelhamid Beyuki llamó ayer la atención sobre los inmigrantes que
trabajan el campo de Cartagena. «Los trabajadores de esa zona viven
en fábricas abandonadas, cortijos, semichabolas o coches y ya se
han producido ataques y persecuciones de inmigrantes por bandas que
la Administración conoce», aseguró. Por eso, solicitó medidas
correctivas antes de que la situación se desborde.
Esta no es la única llamada que se produjo ayer en esa
dirección. La Asociación de Inmigrantes de Toledo, (AIT), junto a
la asociación «La Amistad» de Recas, también de Toledo, aseguraron
que los inmigrantes que van a trabajar a la región están durmiendo
a la intemperie, en coches, portales, casas abandonadas, tiendas de
campaña o hacinados en pisos.
Estas organizaciones pidieron una solución gubernamental al
problema, que complete la colaboración de los ayuntamientos de
algunos municipios, que están intentando solucionar el problema
alojándolos en albergues.
Por otro lado, el barrio de Ca n'Anglada, situado en la
localidad de Tarrasa fue escenario la noche del jueves otra
agresión al colectivo magrebí. Una carnicería propiedad de
inmigrantes fue incendiada por un grupo de desconocidos.
El alcalde de la localidad, Manuel Royes, que se desplazó hasta
el lugar del siniestro para hablar con los propietarios, calificó
el ataque de «hecho aislado». Durante el pasado verano se
produjeron numerosos incidentes con la comunidad marroquí. Royes,
hizo un llamamiento a la sociedad y a la Administración para
conseguir que «la convivencia basada en el respeto sea lo más fácil
posible y sin traumas». En este marco, el domingo hay convocadas
manifestaciones en Barcelona y en Murcia para expresar el rechazo a
las actitudes racistas y xenófobas.
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