Un total de trece áreas marinas del Mediterráneo necesitan
protección urgente, entre ellas las Balears y el mar de Alborán,
para hacer frente a la urbanización incontrolada, la contaminación
y la pesca abusiva, según un informe presentado ayer en Roma.
El estudio, realizado por la organización conservacionista Fondo
para la Protección de la Naturaleza (WWF) y Adena, analiza por
primera vez el ecosistema marino mediterráneo y su biodiversidad de
forma global, mediante un avanzado sistema informático. Las
Balears, uno de los principales destinos turísticos de Europa,
albergan todavía «riquezas naturales excepcionales» en sus fondos
marinos, además de una valiosa biodiversidad, por lo que su litoral
requiere para los expertos «un mayor nivel de protección», a pesar
de la existencia de cuatro reservas naturales. La riqueza del mar
de Alborán se debe a su situación de punto de contacto entre el
Mediterráneo y el Océano Atlántico, y su actual nivel de
conservación también es considerado «insuficiente».
Las restantes zonas que requieren protección inmediata son la
costa de la Liguria, el Tirreno y la isla de Cerdeña (Italia),
Córcega (Francia), la costa de Dalmacia (Croacia), la costa
oriental del mar Jónico (Albania), las islas del Egeo (Grecia), y
diversos tramos costeros de Chipre, Turquía, Libia, Argelia y
Túnez. Las tres amenazas más importantes que señala el informe de
WWF son la construcción incontrolada en la costa, la contaminación
procedente de la industria y la agricultura intensiva, los vertidos
de petróleo y la pesca abusiva, especialmente la de arrastre en
fondos prohibidos.
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