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EUROPA PRESS-SEVILLA El Gobierno central comenzó a practicar hace tan sólo tres semanas los preceptivos controles sanitarios a los inmigrantes que intentan acceder a España ilegalmente a través de las costas gaditanas, mediante un convenio de colaboración suscrito por la Subdirección General de Sanidad Exterior y Cruz Roja que entró en vigor el pasado 1 del noviembre, aunque a efectos prácticos no se llevó a cabo hasta el día 17 de ese mismo mes.

Anteriormente, las actuaciones se limitaban a la asistencia primaria que prestaba el personal de Cruz Roja, voluntarios y organizaciones humanitarias en el momento del desembarco y no se les realizaban pruebas analíticas.

Según explicó a Europa Press Javier Díaz Navarro, el médico responsable de los controles en la provincia de Cádiz, la función de este nuevo operativo «debe ser no sólo practicar esa asistencia primaria, sino realizar una valoración del estado y una especie de criba entre los inmigrantes para tratar de cazar las posibles enfermedades infecciosas, incluso en los casos en los que pueden ser portadores de bacterias, virus o microorganismos que a ellos no les afectan pero que aquí podría crear epidemias y problemas graves».

En aplicación de la ley, los inmigrantes de origen marroquí son retornados inmediatamente a Marruecos en virtud de un convenio de repatriación existente entre España y el país norteafricano desde 1992. Los que no tienen documentación no son aceptados por el Gobierno alauita.