Una anciana es evacuada por los servicios de urgencia ante el peligro del depósito de armas.

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AGENCIAS-PARÍS El deterioro de las condiciones de almacenamiento de municiones de la I Guerra Mundial en un polvorín de Vimy, en el norte del país, llevó ayer al Ministerio del Interior a decidir la evacuación temporal de los habitantes que viven en un radio de tres kilómetros.

Las autoridades francesas ordenaron la evacuación de unas 12.500 personas de varias localidades del norte del país por los serios riesgos. En el depósito hay 173 toneladas de munición, un total de 16.000 proyectiles principalmemte químicos de origen británico, alemán y francés, que reposan en cajas de madera podridas por el paso del tiempo. Para la evacuación, las autoridades francesas han confiscado 1.500 autobuses. El Ministerio indicó en un comunicado que la evacuación debe realizarse por un periodo de unos diez días, necesarios para trasladar una parte de las municiones y consolidar las condiciones de almacenamiento del resto en dichas instalaciones.

El Departamento de Interior justificó la operación por las «informaciones muy preocupantes sobre el deterioro de las condiciones de almacenamiento», ya que algunas cajas «presentan signos de fisuras», y una misión de observación había advertido del «riesgo de choques entre las municiones». En ese sentido, subrayó que hay «riesgos importantes para las poblaciones que viven en las proximidades de las instalaciones, en particular por la liberación de productos tóxicos todavía activos».

Las municiones químicas, entre ellas el famoso gas mostaza que hizo estragos durante la Primera Guerra Mundial, que ya han sido objeto de una selección, serán trasladadas tras haber sido anulada su actividad explosiva por refrigeración, y se conservarán en una zona militar protegida. El polvorín de Vimy, a cielo abierto y cercado por alambre de espino, almacena más de un centenar de granadas de obús, bombas y minas de todo tipo de modelos, en munición convencional o química. En esas instalaciones del polvorín de Vimy había hasta el verano de 1997 un total de 650 toneladas de municiones, pero el entonces ministro del Interior, Jean Pierre Chevenement, hizo de su evacuación una «prioridad».