La quinta esposa, Hannah Green, declaró a la prensa que el
veredicto «no es justo», ya que su marido sólo «es culpable de
pasar toda su vida dedicado a su familia». Green, quien tiene el
apoyo de todas sus esposas, se lamentó de que la Fiscalía haya
intentado «capitalizar el caso» contra «alguien vulnerable» con
otros objetivos que los de la lucha contra la delincuencia. El
principal fiscal del caso, David Leavitt, es hermano del gobernador
de Utah, Mike Leavitt, y Green, visiblemente enfadado, le acusó de
seguir el caso para medrar en la política. También acusó a los
fiscales de «no tener sentimientos» y de haber traicionado sus
orígenes, ya que descienden de mormones que fueron polígamos en el
pasado.
El juicio, celebrado en Provo, una ciudad al sur de Salt Lake
City (capital del Estado), atrajo la atención internacional debido
a la peculiaridad del caso, más aún porque se desarrolló en Utah,
donde buena parte de la población desciende de mormones polígamos.
La sentencia, que se emitirá el próximo 27 de junio, puede condenar
a Green a un máximo de 25 años de cárcel y a una multa de 25.000
dólares. La defensa pidió que sea tratado con «humanidad» en
atención a sus obligaciones familiares. «Sería un honor ir a la
cárcel por mis creencias, pero espero no ir a prisión. El jurado
fue influido por las emociones, no por las pruebas», añadió
Green.
Se trata de la primera vez en que las autoridades emprenden una
acción legal contra un polígamo después de la operación que agentes
federales realizaron de 1953 contra una colonia de mormones
polígamos en Short Creek, en la franja desértica que separa los
Estados norteamericanos de Utah y Arizona. La operación de los
agentes federales en esa intervención forzó la separación de
esposas y maridos, hijos y padres, con una publicidad tan negativa
que acabó forzando la dimisión del entonces gobernador del propio
Estado norteamericano de Utah.
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