En muchas ciudades de España, sobre todo las grandes urbes, los
ciudadano sufren una saturación acústica que supera el límite de
tolerancia, establecido por la OMS en 65 decibelios. Hace 25 años,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el ruido como
«todo sonido desagradable, susceptible de tener efectos nocivos
para el hombre», y desde entonces, este fenómeno se ha convertido
en causa de preocupación entre los ciudadanos ya que incide en el
nivel de calidad de vida y puede provocar efectos nocivos sobre la
salud.
Un estudio de «Ciudadano», la revista de la Unión de
Consumidores de España (UCE), señala que según la Organización para
la Cooperación y Desarrollo económico (OCDE), 130 millones de
personas están afectadas por un nivel sonoro superior a los 65
decibelios (dc), y otros 300 millones en todo el mundo residen en
zonas de incomodidad acústica (entre 55 y 65 decibelios). En
Europa, el 20% de la población -unos 80 millones de personas sufre
igualmente niveles de ruido ambiental considerados como
«inaceptables», una realidad que ha llevado a la UE a señalar en
sus informes que la cuarta parte de los ciudadanos se expone a
diario a niveles de ruido superiores a lo normal.
Y aunque todos los ciudadanos claman contra el ruido, se percibe
una notoria falta de sensibilidad ante este problema por parte de
la Administración que «guarda un inexplicable silencio ante la
agresión que supone el ruido», explicó a Efe un portavoz de
«Consumer» Quizá todas estas consideraciones y pruebas son las que
han llevado hace unos días al Ayuntamiento de Madrid a redactar una
ordenanza en la que se prevén multas de hasta cinco millones de
pesetas por causar ruido. Músicos callejeros -sobre todo los que
toquen instrumentos de percusión o usen amplificadores- «motos» sin
silenciador, discotecas ruidosas y camiones de recogida de residuos
serán los principales afectados por la nueva normativa
madrileña.
La ordenanza, que van a «copiar» otros Ayuntamientos españoles
-según informaron distintas organizaciones de consumidores divide
la ciudad en áreas acústicas: de silencio, levemente ruidosas, con
un nivel tolerable de ruido y especialmente sonoras. En cada una
habrá limitaciones acústicas. En cuanto a las fuentes de ruido, son
muy variadas: el 80 por ciento proviene de los vehículos de motor,
el 10 por ciento de las industrias y el resto de ferrocarriles,
bares, locales públicos y diferentes talleres.
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