El enfermo mental estadounidense Jerry Frank Townsend, de 49 años,
de los que pasó 22 en la cárcel, fue puesto ayer en libertad,
después de comprobarse con un análisis de ADN que no era culpable
de los asesinatos por los que le condenaron.
El juez Scott Silverman ordenó la liberación de Townsend,
encarcelado en la prisión de Lakeland ( en el Estado de Florida, EE
UU), una vez que las pruebas de ADN demostraron que él no había
cometido los seis asesinatos y la violación por los que recibió
varias penas de cadena perpetua.
El juez Scott Silverman señaló que Townsend, cuya edad mental no
es mayor que la de un niño de ocho años, fue «la víctima de una
enorme tragedia».
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