Las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático se retomaron
ayer en Bonn para un periodo de dos semanas en un clima enrarecido
por las declaraciones del primer ministro japonés, Junichiro
Koizumi, quien aseguró que, con casi total probabilidad, las
negocaciones no desembocarán en un acuerdo. La reanudación de las
negociaciones está marcada por las duras críticas europeas a los
países que no ratificarán el Protocolo de Kioto: EE UU, Japón y
Canadá. La cumbre de Bonn es la primera vez que 180 países se
reunen de forma oficial para negociar las modalidades concretas de
aplicación del Protocolo de Kioto en la Sexta Conferencia de la
Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(COPS6), tras el fracaso de la conferencia de La Haya celebrada en
noviembre pasado.
En este sentido, la UE se mostró muy crítica con EE UU, Canadá y
Japón, y puso ayer límites a su oferta de flexibibilidad en la
negociación sobre la aplicación del Protocolo de Kioto. «Si esperan
que la Unión sea flexible, la negociación no tiene sentido»,
aseguró en Bruselas Olivier Deleuze, jefe de la delegación de los
Quince en la Cumbre del Clima y secretario de Estado de Energía de
Bélgica, país que preside la UE desde el 1 de julio. «La Unión no
está dispuesta a ser flexible con todo el mundo», señaló Deleuze,
quien recordó que Estados Unidos, que ahora rechaza la ratificación
del Protocolo de Kioto, fue uno de los países que lo aceptó en
1997, mientras que los Quince mantienen su apoyo al documento.
A pesar de la oposición de Japón, los jefes de Estado y de
Gobierno de los Quince reafirmaron ayer su compromiso de ratificar
el Protocolo de Kioto antes de 2002 y abogaron por que todos los
demás países asuman sus responsabilidades frente a este problema de
dimensiones mundiales. Desde la conferencia de La Haya hasta ahora,
dos acontecimientos han empeorado la aplicación de Kioto. El
presidente estadounidense, George W. Bush, decidió el pasado mes de
marzo rechazar este acuerdo internacional firmado por la
administración Clinton y Japón se negó a elegir entre alinearse a
la posición estadounidense o apoyar a la UE, que quiere ratificar y
poner en práctica el Protocolo sin más demoras, es decir, sin
Estados Unidos.
«Buscamos vías de cooperación entre Estados Unidos, Europa y
Japón y en esta configuración no podemos permitirnos cambiar
nuestra posición hasta finales de octubre», mes en el que tendrán
lugar nuevas negociaciones en Marruecos, declaró el domingo Koizumi
en un debate transmitido por televisión. «Mi impresión es que no
habrá acuerdo en Bonn, es demasiado pronto», añadió, subrayando que
Japón «hará el máximo» de esfuerzos para que el Protocolo entre en
vigor en 2002.
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