El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, ha confirmado que 150
niños que eran transportados ilegalmente en un buque con dirección
a Gabón para ser vendidos como esclavos murieron cuando navegaban
en aguas del oeste africano, según informó ayer la prensa local,
que cita a un portavoz oficial del presidente. Los menores, según
las declaraciones del jefe de Estado nigeriano, «habrían sido
vendidos a comerciantes gaboneses para forzarlos a la venta
ambulante de tejidos y agua».
Obasanjo, que no citó la fuente de información, hizo esas
revelaciones el pasado miércoles con ocasión de la reunión anual
del Consejo de Sociedades Nigerianas de la Mujer antes de partir
hacia Génova, donde asiste a la cumbre del G-8. El jefe de prensa
de la oficina de la presidencia, Attah Esa, señaló que «el
Presidente podría haber tenido conocimiento del hecho durante la
visita oficial que realizó a Gabón hace dos semanas». Funcionarios
en Nigeria del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
declararon que la noticia reflejada en la prensa local era la
primera información que recibían y que habían iniciado una
investigación para conocer las fuentes y más detalles sobre el
suceso.
El tráfico de niños esclavos centró la atención internacional el
pasado abril cuando funcionarios de Naciones Unidas descubrieron al
menos a una docena de menores en un buque de bandera nigeriana al
atracar en el puerto beninés de Cotonou.
Familias muy pobres en Africa del Oeste y regiones centrales
entregan a sus hijos menores a redes de traficantes a cambio de un
poco de dinero y la promesa de que «en otros países encontrarán
trabajo y medios para estudiar y educarse, además de que enviarán
dinero a sus hogares».
Los niños, que nunca regresarán a sus casas, son comprados por
altos precios en países del Golfo de Guinea y obligados a trabajar
en condiciones infrahumanas, principalmente en las plantaciones de
cacao de Gabón y de Costa de Marfil, los mayores productores
mundiales de ese producto. Las niñas realizarán trabajos domésticos
y en la mayoría de las ocasiones serán forzadas a ejercer la
prostitución. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell,
en su reciente visita a varios países de Africa, se refirió al
tráfico ilegal de menores y lo calificó como «una penosa forma de
esclavitud de nuestros tiempos» y pidió esfuerzos para evitar que
este tipo de acciones puedan repetirse.
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