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El Gobierno aprobó ayer los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis, que pretenden asegurar un alto nivel de protección para la población, garantizando que las instalaciones no se conviertan en focos transmisores de la enfermedad. La ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos, hizo hincapié en el abanico de sanciones que presenta la norma y recordó a las comunidades autónomas que tienen la obligación de velar por su cumplimiento. Las medidas tendrán como objetivo la eliminación o reducción de zonas sucias, mediante un buen mantenimiento de las instalaciones, y un control de la temperatura del agua y desinfección continua de la misma.