Rafael Medina, escoltado por la policía, tras salir del juzgado en 1998.

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OTR/PRESS-SEVILLA Esta circunstancia confirmaría la hipótesis del suicidio, que el aristócrata ya intentó en 1998, cortándose las venas, tras pasar más de cinco años en prisión por corrupción de menores y tráfico de drogas. El duque sufría fuertes depresiones. El cuerpo sin vida del duque de Feria fue hallado sobre las 12.00 horas de ayer por el portero del domicilio familiar, situado en el palacio sevillano de la Casa Pilatos, cuando se disponía a entregarle la prensa diaria, como hacía cada jornada. Rafael Medina será enterrado en el panteón familiar de la Casa de Medinaceli en Toledo.

Las causas oficiales del fallecimiento quedarán esclarecidas tras la autopsia a la que será sometido el cadáver «a primera hora de hoy, seguramente a las 09.00 horas», en el Instituto Anatómico Forense de Sevilla. Rafael Medina sufría fuertes depresiones desde que fue condenado en 1993 a nueve años de prisión por los delitos de corrupción de menores y tráfico de drogas. Poco después de salir de la cárcel (diciembre de 1998), tras más de cinco años de reclusión, protagonizó un intento de suicidio cortándose las venas. No tuvo éxito gracias a que su hijo Luis lo encontró a tiempo, trasladándolo a la Clínica Santa Isabel de Sevilla.

Antes de 1993 ya había tenido problemas con la Justicia, pues en octubre de 1990 fue puesto a disposición judicial después de que un grupo de prostitutas le acusara de pagar sus servicios en un club de alterne sevillano, donde fueron detenidas varias personas en una operación antidroga. La Audiencia Provincial de Sevilla archivó la causa en enero de 1991 debido a la falta de pruebas para inculparle. Sin lugar a dudas, el 1993 fue el año más negro de la vida del duque de Feria. Tras su ingreso en prisión acusado del rapto de una niña de 5 años y de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, en mayo su ex mujer, Nati Abascal, lo demandó por incumplimiento de patria potestad y el impago de la pensión alimenticia que debía pasarle a ella y sus dos hijos.

Durante la instrucción del sumario, a mediados de mayo la revista 'Interviú' publicó un reportaje en el que aparecían fotografías de Rafael Medina y varias niñas desnudas, por lo que fue llamado a declarar y en julio se le acusó de un nuevo delito de corrupción de menores. Después de denegársele la libertad condicional en junio de 1993 por la gravedad de los hechos que se le imputaban y la alarma social que había producido, ese mismo verano el juez modificó en dos ocasiones la cuantía de una fianza desde 71 a 121 millones de pesetas.