Miles de personas se concentraron ayer en el centro de Barcelona
para exigir la liberación inmediata de los inmigrantes que todavía
permanecen retenidos en el Centro de Internamiento de La Verneda de
la ciudad y para pedir que no se produzca ninguna expulsión más.
Los manifestantes, que iniciaron la protesta a las 12.30 horas en
la plaza Sant Jaume bajo el lema «No a la Ley de Extranjería.
Ninguna expulsión. Libertad retenidos», se dirigieron a la sede de
la Delegación del Gobierno en Cataluña, en Pla Palau, donde
exigieron que se paralice la tramitación de las expulsiones y que
las tres administraciones implicadas vuelvan a dialogar sobre el
conflicto.
Además de gritar consignas sobre la Ley de Extranjería, los
manifestantes pidieron la dimisión de la delegada del Gobierno en
Cataluña, Julia García-Valdecasas. La concentración estaba
encabezada por el portavoz de los «sin papeles», John Okoramam,
representantes de las más de 30 entidades que apoyan al colectivo
inmigrante, así como el presidente de IC-V y diputado en el
Congreso, Joan Saura. Durante la marcha, los manifestantes se
detuvieron frente a la sede de la CGT y aplaudieron para mostrar su
apoyo a los inmigrantes que se encuentran encerrados en el
interior. Además, las entidades de apoyo acogieron favorablemente
la decisión del Ayuntamiento barcelonés de crear una mesa de
diálogo para resolver la situación de los inmigrantes que huyeron
del desalojo policial.
La secretaria de la federación de Barcelona de la CGT, Paloma de
Lacalle, afirmaba ayer en rueda de prensa que al menos 14 de los
inmigrantes que permanecen retenidos en la Comisaría de la Verneda
se han declarado en huelga de hambre aduciendo que reciben
supuestos malos tratos. De Lacalle ha declarado que la abogada
Teresa Ramírez visitó ayer tarde el centro de internamiento de la
Verneda a algunos de los inmigrantes, en el transcurso de su visita
le informó que al menos 14 se habían declarado en huelga de hambre
después de que algunos de ellos recibiesen, supuestamente, malos
tratos la noche pasada.
La dirigente de la CGT ha añadido que, según le ha manifestado
la abogada Teresa Ramírez, algunos de los inmigrantes rechazaron
anteanoche la comida que les dieron ante el temor de que los
alimentos lleven algún somnífero. Por su parte, el coordinador de
Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, señalaba ayer que el flujo
constante de inmigrantes a las costas españolas demuestra que el
«efecto llamada» del que habla el Gobierno «es pura demagogia y
pura manipulación política» y exigió al ejecutivo «una política de
integración de la inmigración para evitar problemas sociales y de
carácter humano».
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