Crueldad y muerte en la mar.

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Nueve subsaharianos fallecieron ahogados ayer en la costa norte de Fuerteventura, en una jornada en la que fueron detenidos un total de 114 inmigrantes en operaciones desarrolladas en las costas de Fuerteventura, Lanzarote, Almería, Ceuta, Tarifa y Granada, ésta última intervención al filo de la medianoche. En el cabo de Gata, en Almería, la Guardia Civil, con apoyo de Salvamento Marítimo, reanudó ayer el rastreo de la playa y los alrededores, después de que en la tarde de ayer fueran rescatados los cadáveres de cuatro inmigrantes, que habían saltado de un pesquero.

Los cuerpos sin vida de los nueve inmigrantes subsaharianos, desaparecidos cerca de la isla de Lobos cuando se acercaban en una patera al norte de Fuerteventura, fueron encontrados flotando en el agua a media mañana. Estos nueve inmigrantes fueron arrojados al agua por los patrones de la patera, junto a otros ocho que consiguieron llegar a nado a la costa, gracias a uno de ellos que sabía nadar y ayudó a los demás. Así lo aseguró el director insular de la administración del Estado en Fuerteventura, Ramón Paniagua, quien opinó que los patrones cometieron «un homicidio» impulsados por el deseo de volver a la costa marroquí para buscar a nuevos inmigrantes que trasladar y «conseguir más dinero».

El consejero canario de Empleo y Asuntos Sociales, Marcial Morales, pidió ayer que España y el resto de la Unión Europea apliquen «las medidas más duras que sean posibles» para impedir que Marruecos «siga permitiendo y haciéndose cómplice» de la muerte de inmigrantes. Según fuentes policiales, un ciudadano marroquí acusado de tripular una de las pateras llegadas en los últimos días a Fuerteventura ingresó ayer en la prisión de Tahiche, en la isla de Lanzarote.