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La condena del terrorismo y la necesidad de un diálogo entre religiones y culturas diversas para conseguir la paz en el mundo son los mensajes lanzados por la Cumbre entre el Islam y el cristianismo organizada por la Comunidad de San Egidio que comenzó hoy en la capital italiana. El presidente y fundador de este grupo católico, Andrea Riccardi, recordó hoy que «vivimos un momento terrible para el mundo, pero no se deben cavar fosos ni alzar los muros de la incomprensión». Asimismo, insistió en la necesidad de un entendimiento entre religiones y culturas diversas, sobre todo la musulmana y la cristiana.

Al encuentro en la «Ciudad Eterna», de dos días de duración, han acudido exponentes de ambas religiones, como el teólogo egipcio Yusuf Al-Qaradawi; el arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini; el alcalde de Roma, Walter Veltroni, y el cardenal Roger Etchegaray. En numerosas de las intervenciones se ha insistido en la preocupación por que la respuesta de Estados Unidos tras los sangrientos atentados del 11 de septiembre no afecte a población civil inocente y no se busque un «chivo expiatorio», ni se actúe con «espíritu de cruzada». La petición de una solución al conflicto entre israelíes y palestinos ha sido otra de las cuestiones solicitadas en este encuentro romano.

El propio presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, ha recordado en su discurso a los participantes que «no será posible erradicar el terrorismo en el mundo sin que exista paz en Oriente Medio». Ciampi señaló que la religión cristiana y el Islam, «en su diversidad, comparten principios universales» y recordó que los habitantes de las dos riberas del Mediterráneo desean «paz, bienestar y serenidad». Por su parte, el ministro italiano de Exteriores, Renato Ruggiero, aseguró que tras los recientes ataques a Nueva York y Washington se ha hecho evidente la necesidad urgente de afrontar el gran reto del nuevo milenio: la reducción de la pobreza y la marginación, la prevención de conflictos y «la capacidad de conseguir una globalización de rostro humano». «Frente al terrorismo la comunidad internacional debe actuar unidad y compacta, sin espíritu de venganza, con una conducta ejemplar», añadió.