Gro Harlem Brundtland, directora general de la Organización Mundial de la Salud.

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EFE - GINEBRA Una de cada cuatro personas sufrirá a lo largo de su vida algún trastorno mental o neurológico y unos 450 millones lo padecen actualmente, la mayoría sin recibir tratamiento médico, según el «Informe sobre la salud en el mundo 2001», de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que fue presentado ayer por su directora general, Gro Harlem Brundtland.

El estudio señala que aunque existen tratamientos eficaces, casi las dos terceras partes de las personas que sufren un trastorno mental (depresión, esquizofrenia, atraso mental, trastornos de la infancia y de la adolescencia, dependencia del alcohol o de las drogas, o Alzheimer) no acuden nunca a un profesional de la salud. Mas del 40 por ciento de los países carecen de una política de salud mental y en un 30 por ciento ni siquiera hay programas para tratar este problema, que se ha convertido en una de las principales causas de mala salud y discapacidad en todo el mundo.

Aproximadamente un 25 por ciento de los países no disponen de los tres medicamentos que más se prescriben para tratar la esquizofrenia, la depresión y la epilepsia en el nivel de atención primaria. Además, esta situación se da en un momento de gran aumento de problemas mentales, como es el caso de los trastornos depresivos, que son ya la cuarta causa más importante de la carga mundial de morbilidad y se prevé que para 2020 figurarán en el segundo puesto, por detrás únicamente de la cardiopatía isquémica.

La escasez de psiquiatras, neurólogos y de camas para enfermos mentales son otros de los obstáculos para el tratamiento de estas enfermedades que soportan especialmente las personas pobres, con un mayor riesgo de sufrir problemas mentales tanto por su menor acceso a los tratamientos como por su continua exposición a hechos que provocan estrés debido a las precarias condiciones en las que viven. Muchos de los enfermos viven en condiciones infrahumanas porque la comunidad no ofrece servicios ni apoyo para su tratamiento y rehabilitación, a lo que se une la estigmatización, discriminación e indiferencia que sufren las personas con trastornos mentales.

Sin embargo, los expertos destacan que algunas enfermedades mentales se pueden prevenir, la mayoría pueden ser tratadas eficazmente y gran parte de las medidas de prevención, curación y tratamiento son asequibles. Pese al carácter crónico de algunos trastornos, si se aplica el tratamiento adecuado las personas afectadas pueden llevar una vida productiva e integrarse plenamente en su comunidad.