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EFE - TOKIO Una anciana y su hijo murieron de hambre en su casa en el nordeste de Japón después de haber rechazado la ayuda económica de la seguridad social estatal porque no querían «vivir a expensas del gobierno», informó ayer el gobierno provincial de Sendai.

Según funcionarios municipales de la ciudad de Miyagino, el hijo, de 59 años e incapacitado para trabajar, rehusó las repetidas ofertas de ayuda oficial, algo que también hizo su madre, de 88 años, quien padecía demencia senil.

Funcionarios municipales acudían frecuentemente al apartamento para insistir en la ayuda, aunque nunca obtuvieron respuesta. La situación se repitió hasta que el primero de octubre una asistente social forzó la puerta de la vivienda y encontró muertos al hijo y a la madre. Las autopsias revelaron que tanto la madre como el hijo murieron de malnutrición hacia finales de septiembre.