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OTR/PRESS-VALLADOLID Los padres de los alumnos del colegio público García Quintana de Valladolid han montado una guardería provisional en la parroquia de San Andrés como alternativa para dejar a los niños, mientras no se clarifique la influencia de un parque de antenas que está a pocos metros del centro y que los padres sospechan que es la causa de los cuatro casos de cáncer que ha aparecido en la comunidad escolar. A pesar de que el Tribunal de Justicia de Castilla y León ordenó la reapertura del centro, que había sido clausurado por el Gobierno regional, sólo cuatro alumnos acudieron ayer a clase. Aunque a primeras horas de la mañana llegaron seis niños, a los pocos minutos dos de ellos abandonaron las instalaciones.

La Asamblea de Padres de Alumnos del centro habían instalado una mesa a las puertas del centro desde la que se intentó convencer a los padres para que no llevaran a sus hijos a las aulas hasta que no se realicen las mediciones radiactivas. El presidente de la Asociación de Consumidores de Castilla y León, Jesús Ulloa, se presentó en las puertas del colegio invitado por la Asamblea de Padres para realizar algunas mediciones simbólicas tanto dentro del inmueble como en sus inmediaciones con un contador Geiger-Muller. Sin embargo, el director del colegio, Emilio Durán, le pidió que saliera del centro, al no contar con una autorización para efectuar las mediciones.

Por eso, optó por realizar las mediciones a las puertas del centro, donde el contador obtuvo valores en el aire de entre 0'017 y 0'019 milirogten/hora, que calificó de «normales». En este marco se está a la espera de que el Ayuntamiento de Valladolid revise todas las antenas de telefonía de la ciudad para que las que no cumplan el requisito de distancia mínima sean reubicadas en un plazo que aún no ha sido determinado después de que se aprobara una moción de IU. Mientras, el Defensor del Pueblo informó ayer de que ha acordado iniciar actuaciones con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, al entender que las directrices establecidas en el decreto de 28 de septiembre del año 2001 «pudieran no ser completamente eficaces para minimizar los niveles de emisión radioeléctrica», por lo que éstas deben replantearse.

En un comunicado difundido ayer, el Defensor del Pueblo informa de esta iniciativa tras los cuatro casos de cáncer infantil "tres de leucemia y uno de linfoblastia" aparecidos en el colegio de Valladolid. Según el Defensor, estos casos «obligan a replantear el marco en el que se deben desenvolver los principios de prevención y protección de la salud pública frente a emisiones radioeléctricas». El Defensor entiende que las directrices del Real Decreto citado «pudieran no ser completamente eficaces para minimizar los niveles de emisión radioeléctrica sobre espacios sensibles tales como escuelas, centros de salud, hospitales o parques».