La prueba, con un carácter muy semejante al examen tradicional,
podría incluir una prueba oral para equipararla a la de otros
países europeos. Además, se acaba con la promoción automática en la
LOGSE y vuelve la posibilidad de repetir curso y los alumnos
tendrán que decidir a los 14 años por una de tres opciones
educativas o 'itinerarios'. La secretaria General de Educación y
Formación Profesional, Isabel Couso, explicó ayer los requisitos
que impondrá la futura Ley de calidad de la Enseñanza para el
acceso a estudios superiores. Entre las novedades destaca la vuelta
a la reválida. La prueba tendrá un espíritu similar al de la
selectividad en cuanto al diseño, aunque contará con la
participación de los profesores del centro.
Couso añadió que se está barajando la posibilidad de incluir en
la prueba, que no sólo será requisito indispensable para entrar a
la Universidad, sino también para obtener el título de bachiller,
una evaluación oral. La justificación a este nuevo requisito que
tanto asusta a los estudiantes, es equiparar nuestro sistema al
europeo, «donde se valoran mucho las pruebas orales para
acostumbrar al alumno a responder ante un público y analizar un
texto de formal oral». La secretaria de Educación explicó que,
aunque aún no está definido, si el alumno suspende esta PGB podría
optar a una segunda oportunidad en septiembre. Al tiempo, anunció
que está estudiando la posibilidad de desarrollar pruebas similares
en Primaria y Secundaria, a petición de los profesores.
Otra tradición con la que la LOGSE parecía haber acabado, la de
repetir curso, volverá a instaurarse. Este sistema introducido por
el último gobierno socialista estableció la formación continua y la
promoción automática interciclos para evitar precisamente el atraso
de los estudiantes. Couso confirmó hoy que la ley de calidad
reinstalará la necesidad de repetir curso acabando con la promoción
automática, un sistema que, en su opinión, desmotivaba a los
alumnos. El MECD ha justificado esta reforma por los datos de
diferentes análisis sobre la marcha de la educación en España. El
fracaso escolar es del 30 por ciento y la desmotivación del
profesorado, ponderada por la falta de candidaturas a director,
supera el 60 por ciento en Primaria y Secundaria.
Como tercera novedad de importancia, el borrador de la ley de
calidad introduce el concepto de itinerarios. Se trata de la
elección de opciones formativas que dividirá a los alumnos desde
los 14 años. Para ello, se combinarán asignaturas en tres, o
incluso cuatro sentidos, que permitan a los alumnos obtener el
mismo título y no dejar su elección «al libre albedrío». Estas vías
serán el Bachillerato, la Formación Profesional y la inserción
laboral. Se está estudiando la inclusión de una cuarta posibilidad,
la garantía social. La elección de los itinerarios será voluntaria
por el alumno, pero siempre supeditada al factor «correctivo» del
consejo de profesores.
Las reacciones no se han hecho esperar. El PSOE aseguró que el
proyecto demuestra que el Gobierno «mintió» al anunciar el final
del examen de selectividad. Carme Chacón, quien expresó el «rechazo
total» de su partido a esta decisión, y coincidió al asegurar que
el Gobierno «ha mentido» al anunciar que desaparecía la
selectividad. Para el Sindicato de Estudiantes esta «reválida
franquista» no sólo endurece el acceso a la Universidad sino que
además elitizará la educación, por lo que anunciaron
movilizaciones.
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