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OTR PRESS - BARCELONA Las organizaciones no gubernamentales que han acudido a la Conferencia Mundial sobre el sida de Barcelona, que concluyó ayer, lamentaron que la cumbre haya terminado sin un verdadero compromiso político por parte de los países ricos y de garantías de financiación para los programas contra la epidemia. No obstante, destacaron el éxito que supone que, por primera vez, se haya hablado de generalizar el tratamiento en los países en vías de desarrollo, algo que hasta ahora se había tildado desde los países del Norte y las farmacéuticas de «imposible».

La XIV Conferencia Internacional del Sida concluyó con las intervenciones del líder en defensa de los Derechos Humanos, Nelson Mandela, y la del ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Ambos señalaron la necesidad de unión de todos los países para luchar contra esta epidemia que amenaza a la seguridad de todo el mundo.

«El sida es una tragedia de dimensiones incalculables», dijo el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, quien hizo un llamamiento mundial para advertir a toda la población que la epidemia del sida «nos afecta a todos». Mandela fue más allá y dijo que «si esto se ignora no tenemos derecho a decirnos seres humanos».

«Esta enfermedad "señaló" está matando más que todas las guerras y catástrofes que la humanidad ha sufrido hasta el momento», apuntó Mandela, para quien todavía le quedan tres asignaturas pendientes a la lucha contra el sida: «el acceso a los tratamientos para todos, que los seropositivos dejen clara su condición para poder exigir atención y, por último, que los países pobres presionen a los más ricos para frenar la enfermedad».

El ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, alertó de que la epidemia del sida es una «amenaza para la seguridad» de todo el planeta y aseguró que «no podemos perder esta guerra». Clinton se comprometió en todas sus reuniones con los líderes políticos a pedirles «más compromiso y acción» para atacar la epidemia.