Cinco inmigrantes fueron hallados ayer muertos entre la mercancía
del remolque de un camión estacionado en el puerto de Algeciras,
que previamente sufrió un conato de incendio en el sistema de
refrigeración, lo que pudo causar la asfixia de las víctimas al
inhalar los gases desprendidos. Los cuerpos, pertenecientes a
jóvenes indocumentados de origen magrebí, yacían en el reducido
habitáculo sobrante entre la última hilera de palés de judías
verdes que transportaba el camión y el techo del remolque,
matriculado en Marruecos, cuyo conductor, de nacionalidad marroquí,
se percató de los cadáveres al proceder a la apertura de la
mercancía.
El camión, procedente del puerto de Tánger pero que partió de
Agadir con destino a Sevilla, permanecía estacionado desde la noche
del jueves en el puerto de Algeciras y había sufrido durante el
viaje un conato de incendio en el sistema de refrigeración, informó
la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Esa avería, que se produjo
por la quema de los cables que unen la cabeza tractora con el
remolque, lo que provocó a su vez que fallaran los frenos y el
sistema de refrigeración, según personal portuario, pudo originar
la muerte por inhalación de gases a los inmigrantes, que tenían la
cara y las ropas impregnadas de tizne, al igual que las puertas del
camión.
Se desconoce si la avería fue fortuita o se produjo por la
manipulación de los inmigrantes camuflados en el remolque, según la
Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Los cadáveres están en el
cementerio de Algeciras (Cádiz) a la espera de que el próximo lunes
les sean practicadas las autopsias, que determinarán si las muertes
se produjeron por inhalación de humos desprendidos tras el conato
de incendio o con anterioridad a ese incidente. El conductor del
camión está retenido a la espera de prestar declaración ante la
Guardia Civil, que ha abierto una investigación para esclarecer los
hechos.
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