En Pekín se cerró ayer otro hospital de forma temporal.

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El pánico ante el avance del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, más conocido como neumonía atípica, se ha apoderado de los habitantes de China. En apenas una semana, el Gobierno de Pekín ha pasado de negar la existencia de la enfermedad a reconocer que el brote avanza de forma incontrolada.

El mayor número de nuevas muertes se registró en Pekín, donde durante las últimas 24 horas fallecieron otros tres pacientes, situando la cifra de decesos en la capital en 42, mientras que el de contagiados alcanza los 877 casos, es decir, 103 más.

El Ministerio de Salud de China anunció cinco nuevas muertes y 179 casos de infectados en todo el territorio nacional como consecuencia del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, siglas en inglés), lo que eleva la cifra total a 115 fallecidos y 2.601 infectados en el país.

Hong Kong, con 115 muertes, iguala a todo el territorio chino en cuando a fallecimientos, mientras que su número de infectados es de 1.510, frente a los 2.601 en China, lo que indica que en la ex colonia británica hay proporcionalmente más decesos, es decir, un 7,62 por ciento frente a un 4,42 por ciento.

En Pekín se ha cerrado ya el segundo hospital de manera provisional, 4.000 personas guardan la cuarentena en sus casas, se han cerrado bibliotecas, universidades y demás actividades sociales, se han paralizado las adopciones internacionales y mucha gente ha optado por abandonar la ciudad.