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EFE - LOS ANGELES
La comedia y el buen humor son el resumen de la vida de Bob Hope, el eterno comediante que hoy cumplirá cien años. Se trata de un centenario que el mundo entero parece dispuesto a celebrar, a pesar de que el homenajeado permanecerá en su casa del barrio de Toluca Lake, en Los Angeles, retirado de todas las celebraciones debido a su frágil estado de salud.

Sólo una razón así podría mantener alejado del bullicio a este artista nacido en Inglaterra pero que a lo largo de su vida y su carrera se ha convertido en una de las principales figuras del humor de EEUU. «El está encantado y nosotros estamos abrumados por las muestras de amor, admiración y buenos deseos que hemos recibido para papá del público», declaró a la prensa la hija mayor del cómico, Linda Hope.

Son muestras de cariño que complementan ochenta años de carrera profesional, más de 1.500 premios, entregados por la reina Isabel II, por la Casa Blanca o el papa Juan Pablo II, además de ser el primer civil condecorado por el Ejército estadounidense como veterano de guerra. No en vano Hope fue siempre una de las personas que más humor, sonrisas y esperanzas llevaron a las tropas estadounidenses en los difíciles tiempos de guerra.