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EFE-BOSNIA
Juan Pablo II imploró ayer el perdón por los daños que han hecho los católicos en Bosnia, pidió el perdón recíproco entre las diferentes etnias y aseguró que sólo en un clima de reconciliación se podrá construir un futuro de paz en esta martirizada zona de los Balcanes.

Dirigiéndose a los jóvenes, el Obispo de Roma afirmó que Bosnia ha vivido momentos muy difíciles -en clara referencia a la guerra de 1992-1995 que dejó 300.000 muertos y más de dos millones de refugiados- y que ahora es necesario trabajar para que la vida vuelva a comenzar a todos los niveles. La misa se celebró en la colina de Petricevac, cerca de donde en febrero de 1942 ocurrió un hecho que sigue muy presente en la memoria de este pueblo: un grupo de nacionalistas croatas «ustachas», entre los que se encontraba el antiguo fraile franciscano Tomislav Majstrorovic, conocido como «fray satanás», asesinó a 2.300 serbios.

El Pontífice hizo estas manifestaciones en Banja Luka, la capital de la república serbia de Bosnia, ante más de 50.000 personas que asistieron a la beatificación del laico Ivan Merz.

«Desde esta ciudad marcada por sufrimientos y sangre imploro a Dios misericordia por las culpas cometidas contra el hombre, su dignidad y su libertad por los hijos de la Iglesia Católica y que infunda a todos el deseo del recíproco perdón. Sólo en un clima de verdadera reconciliación, la memoria de tantas víctimas inocentes y su sacrificio no serán vanos y animarán a construir nuevas relaciones de hermandad y comprensión», dijo el Papa.