La sección tercera de la Audiencia de Alicante ha condenado a
ocho de los once procesados por el denominado síndrome Ardystil,
que produjo la muerte de seis trabajadores del sector textil y
enfermedades a otros 67 en 1992, y la Generalitat Valenciana deberá
indemnizar a 26 de los afectados.
En el fallo, la Audiencia impone a la principal encausada, Juana
Llácer, propietaria de la empresa que dio nombre al síndrome, una
pena de seis años y un día de prisión mayor por un delito de
imprudencia, y otra de un mes y un día de arresto por delito contra
la seguridad de los trabajadores.
Asimismo, condena a un inspector de Trabajo que visitó esta
fábrica, Alfredo Ortolá, a seis meses y un día de prisión menor por
un delito de imprudencia temeraria y a sendas penas de diez días de
arresto menor a otros seis procesados, en tanto que absuelve a
otros tres.
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