Un manifestante protesta por la última declaración de la Santa Sede contra los homosexuales.

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OTR/PRESS-CIUDAD DEL VATICANO
Las uniones entre homosexuales son «nocivas» para la sociedad, los Estados no están capacitados para legislar sobre esta materia, ya que está más allá de «los límites de su actividad legítima» y la pretensión de equiparar las parejas de gays y lesbianas con el matrimonio es «infundada», dado el papel que éste último desempeña a nivel social y los distintos «datos biológicos» que configuran a hombres y mujeres. Así de rotundo se muestra El Vaticano en un documento publicado ayer por su Congregación para la Doctrina de la Fe en el que se pide a los fieles que se opongan a los 'matrimonios' homosexuales ejerciendo su «derecho de objeción de conciencia».

La petición de «reconocimiento legal» supone reclamar los mismos derechos que se concede a los matrimonios heterosexuales, «lo que no excluye la adopción de hijos», y viene motivada en ocasiones por cuestiones «prácticas o de orden económico» pero otras veces se fundamenta en «motivos de índole ideológico» más o menos radicales, según la Santa Sede.

En su comentario a las «Consideraciones sobre los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales» elaborado por la mencionada Congregación, monseñor Àngel Rodríguez Luño, profesor de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, afirma que el objetivo de su artículo es «ilustrar el problema ético-político que las uniones entre homosexuales plantean a los legisladores y gobernantes en diversas partes del mundo».