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El Senado estadounidense ha decidido analizar si se necesitan nuevas leyes que prohíban el matrimonio entre homosexuales, condenado por el presidente, George W. Bush, mientras arrecia en EEUU la «guerra cultural» por ese motivo entre conservadores y progresistas.

«Dado que las decisiones de nuestros tribunales están creando de nuevo preocupación, creo que es la obligación del Senado volver a estudiar este asunto importante», declaró el senador republicano John Cornyn, miembro del Comité Judicial de la cámara alta.

El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, ha sugerido incluso llegar a la adopción de una enmienda constitucional que defina quién puede decir el «sí, quiero» en el altar, una propuesta que la Casa Blanca ha dicho que considerará.