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OTR/PRESS - OSLO
La abogada y activista iraní Shirin Ebadi, símbolo del Islam reformista, fue galardonada ayer con el Premio Nobel de la Paz 2003 por su lucha «en voz alta y clara» por la democracia y los Derechos Humanos, en especial los de mujeres y niños «sin hacer caso a las amenazas contra su propia seguridad». Este galardón puede interpretarse como un espaldarazo a los reformistas iraníes al ser Ebadi una musulmana que defiende la democracia.

En su anuncio, el Comité destacó la «valentía» de una mujer que «nunca hizo caso a las amenazas contra su propia seguridad», a lo largo de una dilatada trayectoria de lucha por los Derechos Humanos como abogada, juez, escritora y profesora. «En una era de violencia ella respaldó constantemente la no violencia», añade, destacando que siempre favoreció «la tolerancia y el diálogo como el mejor camino para cambiar actitudes y resolver conflictos».

«Es un honor conceder el Premio Nobel de la Paz a una mujer que es parte del mundo musulmán y de la cual ese mundo puede estar orgulloso, al igual que de todos los que luchan por los Derechos Humanos vivan donde vivan», aseguró el Comité Noruego. Ebadi es la primera iraní reconocida con este galardón.

El Nobel reconoce de esta forma su lucha por «los Derechos Humanos básicos», y sobre todo los de mujeres y niños, aquellos sin los cuales una sociedad no puede llamarse «civilizada». «En su visión es fundamental que el poder político supremo en una comunidad se construya sobre elecciones democráticas», incluyendo los países musulmanes.