El bebé del príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones, condes de Wessex,
nacido un mes prematuro, salió ayer de la clínica, dos semanas
después del parto, que tuvo lugar el pasado 8 de noviembre.
El hijo menor de la reina Isabel II de Inglaterra y su esposa
aún no han puesto nombre a la niña, que salió ayer en brazos de su
padre del hospital de Frimley Park, en Surrey, a las afueras de
Londres, y pudo ser fotografiada por primera vez.
La madre, que dio a luz a la recien nacida por cesárea, comentó
a los periodistas en las puertas de la clínica que el bebé «se
parece mucho a él», señalando a su marido, el príncipe Eduardo.
Por su parte, preguntado sobre si estaba dispuesto a cambiar los
pañales a su hija, el príncipe Eduardo contestó con seguridad: «Por
ahora, no».
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