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VIVIAN GARCÍA
El carismático líder de los legendarios Rolling Stones, Mick Jagger, se arrodilló ayer ante el príncipe Carlos de Inglaterra para ser investido Caballero del Imperio Británico, lo que le permite utilizar el título de «Sir».

A sus 60 años, el considerado «niño travieso» de la música británica recibió el nombramiento en una solemne ceremonia en el palacio de Buckingham, residencia de la Familia Real, que tuvo la solemnidad que dicta el rito tradicional.

El músico se arrodilló ante el heredero de la corona, quien le nombró Caballero con un ligero toque de espada sobre sus hombros. El líder de los «Rolling» demostró que aún es un rebelde, pues llegó al palacio con chaqueta de cuero y corbata, en lugar de hacerlo de frac, como es habitual en estas ceremonias.

La idea de llamar «Sir» a Mick Jagger no fue bien recibida por algunos músicos británicos, entre ellos su compañero de grupo, Keith Richards, ya que los «Rolling» siempre defendieron el lema de «sexo, drogas y rock and roll».

El guitarrista del conjunto opina que recibir esa distinción es algo «despreciable» y «ridículo». «No quiero salir al escenario con alguien que lleva una corona y una capa de armiño. Le dije a Mick: Se trata de un honor despreciable», comentó recientemente Richards. Al término de la ceremonia, Jagger dijo que es agradable recibir una distinción, siempre y cuando «uno no lo tome muy en serio».