Según explicó el concejal Antoni Prats, hay muy poco personal
trabajando en el proyecto. «Una obra de tanta envergadura en una de
las calles principales de la ciudad debería emplear más medios
técnicos y humanos», añadió.
Además de exigir que se aceleren los trabajos, el grupo
municipal popular también sacó a la relucir la falta de medidas de
seguridad y control. El edil de la oposición explicó que para
acceder a los comercios y a las viviendas se han colocado unas
pasarelas de madera muy inestables que pueden ser especialmente
peligrosas para los niños. El PP considera que las entradas a los
negocios e inmuebles deberían estar reguladas, estableciendo
determinadas zonas de paso e impidiendo el libre acceso a la obra,
como ocurre ahora. Otro problema que se ha detectado es que muchas
personas emplean el área de obras para aparcar o estacionar sus
ciclomotores momentáneamente. Todos estos elementos demuestran,
según el PP, que es necesario que el equipo de gobierno municipal
revise la seguridad de las obras.
Por su parte, la concejala del PP Virtudes Marí destacó que el
cierre del tráfico motorizado y el cambio de las aceras origina
«muchas molestias y perjuicios» a los vecinos y comerciantes de la
zona, por lo que estimó «imprescindible» que el equipo de gobierno
«haga un esfuerzo para acelerar el ritmo y acabar cuanto antes»
esta actuación que contempla, entre otras cosas, la ampliación de
aceras y el cambio de mobiliario urbano.
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