La denominada «gripe del pollo» ya afecta a nueve países de Asia,
aunque sólo se ha comprobado la transmisión al hombre en Vietnam y
Tailandia, donde el virus H5N1 ha matado a siete personas.
Japón, Corea del Sur, Camboya, Indonesia, Pakistán, Tailandia,
Taiwán y Vietnam son los países donde la enfermedad ha sido
detectada entre sus respectivas cabañas avícolas.
Miles de pollos y patos, principalmente, se sacrifican a diario
y después se queman los cadáveres para tratar de controlar la
epizootia. La cifra de aves sacrificadas supera ya los veinte
millones y en algunos países tiene un efecto inmediato económico y
social, como Tailandia, cuarto productor mundial de pollos
congelados.
Precisamente Tailandia, cuyo Gobierno atribuía hasta la semana
pasada los fallecimientos en sus granjas avícolas a una epidemia de
cólera, anunciaba ayer la primera víctima mortal de este virus
H5N1. El director del departamento de control de enfermedades del
Ministerio de Salud, Charal Trinvuthipong, señaló que «hay diez
casos sospechosos, de los que sólo cinco continúan con vida, todos
ellos niños».
El hecho de que haya tantas aves infectadas y de que los
contagios humanos sean contados es un dato esperanzador para la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Por su parte, el ministro
de Agricultura español, Miguel Arias Cañete, manifestó ayer que el
Gobierno, junto con los responsables de la UE, ha prohibido la
importación de pollos de Tailandia para evitar cualquier
posibilidad de contagio.
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