Actuaciones policiales se han saldado con la detención del sospechoso en 36 ocasiones.

TW
0

Isidoro T.C., natural de la localidad sevillana de Marchena y considerado por la policía como un especialista en el robo de coches, escuchó ayer las últimas dos condenas de prisión que se han sumado a un amplio historial delictivo que ya suma 36 detenciones. Ayer, aceptó cumplir un año y medio de prisión por uno de los últimos delitos contra la propiedad que se le imputaban y otros cinco meses por apoderarse de un vehículo.

El acusado, quien de viva voz dijo a la policía -según informó en su día Comisaría- que su trabajo era «ser ladrón», ha sido arrestado en los tres últimas meses en al menos dos ocasiones tras, al parecer, viajar desde Mallorca a Eivissa. En Mallorca, varios juzgados lo tenían puesto en busca y captura.

La última vez que Isidoro T.C. fue capturado por la policía fue a mediados de este me y entre los efectos que ocultaba se requisó una escopeta. El sospechoso fue descubierto por la policía cuando circulaba con un coche robado. Fue seguido hasta un descampado del segundo cinturón, lugar donde se le apresó y donde se descubrieron distintos escondites camuflados con planchas de hierro donde se hallaron, además de la escopeta, un hacha, dineros y varias herramientas, entre ellas las que usaba para asaltar los coches.

Las habilidades de Isidoro T.C. ya eran entonces conocidas por los agentes de la Comisaría de Eivissa. Dos meses antes fue interceptado por una patrulla en Platja d'en Bossa, pero logró huir tras abandonar el coche en el que iba. Días después una patrulla le reconoció por la Avenida Santa Eulària y le atrapó.

La policía le puso en busca y captura a Isidoro T.C. el pasado mes de noviembre después de que su identidad quedara descubierta tras abandonar en Platja d'en Bossa un coche robado en el que iba y dejarse en él un móvil de su propiedad. Los agentes confirmaron un principio que el coche era robado. Luego siguieron la pista del móvil y supieron con certeza a quien tenían que localizar tras ver que en el teléfono figuraban numerosas llamadas a la localidad natal del sospechoso, Marchena, y a su familia. Un examen de las huellas y gestiones posteriores en el vecindario donde se había cometido un robo que también era relacionado con el acusado terminó de cerrar la red.