Pastor apuesta por analizar los resultados, antes de cambiar la política del Gobierno.

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El vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, reafirmó ayer la posición «clara» y «rotundamente negativa» del Ejecutivo español respecto a que la clonación se aplique en seres humanos. Arenas añadió que la clonación, así como la investigación con células madre, requieren de «la unanimidad» de los científicos y tienen que ver con «la conciencia de las personas».

La ministra de Sanidad Ana Pastor puntualizó en cierto sentido las declaraciones de Arenas y afirmó que «habrá que estudiar» los resultados de la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos, antes de modificar la política del Gobierno español sobre esta materia.

Por ello, el también ministro de la Presidencia reforzó la toma de partido del gobierno español en el llamado Consejo de Oviedo de 1997, la Convención Europea sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina en la que se marcaron restricciones éticas a la experimentación genética y se prohibió la clonación en seres humanos. Asimismo, negó que desde el gobierno haya «cerrazón» a que la investigación pueda implicar finalidades terapéuticas y «sirva al conjunto de la humanidad».

Pastor incidió en la necesidad de que los investigadores españoles analicen las recientes pruebas realizadas en Corea para ver si este avance «ha cambiado algo» en la clonación de embriones humanos.

Por su parte, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que a partir del 14 de marzo España «volverá a estar en la vanguardia» y advirtió de que «no tolerará que nadie imponga sus creencias para provocar retraso en nuestro país», en relación a la investigación con células madre embrionarias.