El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE)
consideró ayer que descongelar embriones sobrantes «para
reanimarlos y luego quitarles la vida» en la obtención de sus
células madre como material de experimentación es una acción
«gravemente ilícita».
«Entonces el campo queda abierto para toda una serie de otras
graves injusticias». Se producen, añade la nota, miles de embriones
llamados sobrantes que o bien se desechan directamente en
«prácticas eugenésicas o abortivas» o bien son congelados y
entregados a un destino incierto.
En el documento «Por una ciencia al servicio de la vida humana»,
presentado a los medios por el secretario general y portavoz, Juan
Antonio Martínez Camino, se añade que cuando se permite y comete la
«injusticia fundamental» de tratar a los seres humanos incipientes
como si fueran objetos o animales, la lógica de la eficacia
productiva prima fácilmente sobre el respeto a la dignidad
humana.
A juicio de los obispos, se alteran además las relaciones
familiares acudiendo a donantes de gametos ajenos al matrimonio, se
condena a algunos niños a nacer sin familia, ya que puede ser una
persona sola la que los encargue al laboratorio y a muchos hijos se
les impide conocer a sus padres, pues se establece el anonimato de
los donantes de los gametos.
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