El Tribunal Supremo dio ayer un importante paso para limitar la
aplicación de la pena de muerte en EEUU, al decidir que no se puede
ejecutar a los asesinos que cometieron sus crímenes cuando eran
menores de 18 años.
«La inestabilidad y el desequilibrio emocional de los jóvenes
pueden ser un factor en el crimen», precisa el dictamen aprobado
ayer y redactado por el magistrado Anthony Kennedy, en nombre de la
mayoría.
La decisión fue aprobada por una mayoría muy ajustada, ya que de
los nueve miembros que integran el alto tribunal estadounidense,
cinco votaron a favor y cuatro en contra, lo que demuestra la
enorme división que genera la aplicación de la pena de muerte en el
país.
Su consecuencia más inmediata es que 72 reclusos que actualmente
se encuentran en los llamados corredores de la muerte, se librarán
de la pena capital porque cometieron sus crímenes cuando tenían 16
ó 17 años de edad.
Su argumento principal se centra en que la Constitución
estadounidense prohíbe los castigos crueles y, en opinión del
Supremo, la ejecución de jóvenes es «inconstitucionalmente cruel».
Todos se librarán gracias a esta resolución de la Corte Suprema que
pone punto y final a una práctica que todavía estaba en vigor en 19
estados de todo el país.
Se trata de Alabama, Arizona, Arkansas, Delaware, Florida,
Georgia, Idaho, Kentucky, Luisiana, Misisipi, Nevada, Nuevo
Hampshire, Carolina del Norte, Oklahoma, Pensilvania, Carolina del
Sur, Utah, Texas y Virginia.
Es una nueva y gran victoria para los oponentes de la pena de
muerte en EEUU, ya que el Supremo también abolió esta práctica para
los criminales que sufren algún tipo de retraso mental en el año
2002. Ya estaba prohibida además para los criminales que cometieron
sus crímenes cuando tenían 15 o menos años de edad.
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