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EFE-MIAMI
El rechazo de un juez al último recurso de los padres de Terri Schiavo, en estado vegetativo, apunta al final de la batalla legal con su yerno por mantener a su hija con vida, pues se descartan más apelaciones a cortes federales.

Terri, quien ha sido mantenida en dicho estado durante los últimos quince años gracias a una sonda que la alimentaba, muere lentamente tras pasar ocho días sin recibir fluidos.

Mientras, su padre Bob Schindler ha hecho un llamamiento para que se haga algo, porque «no es demasiado tarde para salvarla».

El juez estatal de Florida George Greer rechazó ayer la última petición presentada hasta ahora, y que solicitaba para que se administraran a Schiavo líquidos para dar tiempo y estudiar si ella realmente había intentado hablar, tal como argumentaban sus padres.

Fue el mismo juez Greer el que hace ocho días ordenó que a Terri se le retirase la sonda, dando finalmente la razón al marido, que durante ocho años ha mantenido una lucha legal con sus suegros para que los tribunales autoricen que se deje morir a su esposa.

Poco antes de conocerse la decisión del juez, el padre de Terri había hecho ayer un llamamiento ante los medios de comunicación para que «cualquiera que tenga poder para salvarla haga algo y la salve».

En unas breves declaraciones delante del centro asistencial donde se encuentra su hija, en el condado de Pinellas, en la costa oeste de Florida, Schindler aseguró que Terri «lo está haciendo sorprendentemente bien dadas las circunstancias».

«Está luchando una tremenda batalla por vivir. No quiere morir», añadió el padre, quien dijo que a pesar de que su hija muestra síntomas de deshidratación e inanición, «no es demasiado tarde para salvarla».