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JUAN LARA-ROMA
La cardenales examinaron los gastos que se producirán durante el periodo de Sede Vacante, pidieron a los fieles intensas plegarias para que el Espíritu Santo ayude a los purpurados electores en el cónclave y decidieron que la tumba de Juan Pablo II se pueda visitar a partir del 13 de abril. Los purpurados tomaron estas decisiones en la séptima Congregación de Cardenales celebrada ayer en el Aula Nueva del Sínodo, del Vaticano, y a la que asistieron 134 de los 183 purpurados que forman el Colegio Cardenalicio.

Tras las plegarias iniciales y los juramentos de los cardenales que se incorporaron a la Congregación, los purpurados eligieron a los tres nuevos cardenales asistentes del Camarlengo, como establece la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la Sede Vacante, es decir cuando no hay Papa. La Constitución establece que cada tres días se nombren a tres nuevos cardenales por sorteo, llamados «asistentes», para que ayuden al Camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, en el despacho de asuntos ordinarios o inaplazables y la preparación del cónclave.

Los cardenales electores son 117, al tener menos de 80 años, pero dos de ellos, el filipino Jaime Sin y el mexicano Alfonso Antonio Suárez Rivera ya han confirmado que no asistirán por motivos de salud. Por tanto, hasta el momento, en la Capilla Sixtina, lugar de las votaciones, sólo entrarán 115 purpurados. Los 66 octogenarios restantes no participarán en la votación, aunque si podrán ser elegidos Papa.