Imagen de una de las manifestaciones celebradas en España para reivindicar la mejora de las condiciones laborales de los inmigrantes.

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Entre 300 y 400 inmigrantes, según la policía, participaron ayer en una manifestación por el centro de Madrid para pedir la ampliación del actual proceso de regularización en marcha y dar soluciones a los extranjeros a quienes el empresario niega el contrato laboral. La manifestación, apoyada por una docena de asociaciones de inmigrantes, vecinales y ecologistas de la Comunidad de Madrid, discurrió sin incidentes desde la Plaza de Tirso de Molina hasta la Plaza de Jacinto Benavente. En Barcelona se celebró otra a la que asistieron unas 2.500 personas.

Según explicó el portavoz de la Federación de Asociaciones SOS Racismo, Diego Lorente, el Gobierno debería admitir «cualquier documento público» para empadronarse y poder demostrar, con efecto retroactivo, la estancia en España antes del 8 de agosto de 2004 (condición para acogerse al proceso de regularización).

Precedidos por un vehículo adornado con banderas de países latinoamericanos, los participantes corearon consignas a favor de la prórroga de la regularización -que acaba el 7 de mayo-; «a no ser explotados» por los empresarios, a una vida digna con «derecho a tener derechos» y en contra de la «venta de contratos» por parte de los empleadores.

Entre las pancartas se podían leer leyendas como «papeles crueles», «no más leyes negreras», «papeles de personas no de esclavos» y «ningún ser humano es ilegal».

Además de este último requisito el extranjero debe tener un contrato laboral y carecer de antecedentes penales en España y en su país de origen. A juicio de Lorente, existe «mucha confusión y desorientación entre los inmigrantes porque las instrucciones no están claras y el recorrido burocrático del inmigrante llega a ser dramático».

Las organizaciones convocantes suscribieron un documento conjunto en el que afirman que el proceso de regularización es un «paso positivo, un intento de sacar a la luz parte de la economía sumergida, y de devolver su condición de personas a algunos de los trabajadores a ella sometidos. Pero es un paso insuficiente».

En Barcelona, unas 2.500 personas, según la organización, y 1.500, según la Guardia Urbana, se manifestaron simultáneamente para reclamar un nuevo proceso de regularización de inmigrantes que sea «real» y permita obtener los papeles necesarios a los extranjeros que hace años que viven en nuestro país. La marcha transcurrió sin incidentes y en un ambiente marcadamente festivo.