El bajo nivel de agua puede apreciarse en el embalse del Pantano de Mediano.

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El Instituto Nacional de Meteorología (INM) ha advertido de la escasez de precipitaciones durante el otoño y el invierno y ha calificado la situación de los últimos siete meses de «extrema sequía».

Esa escasez de precipitaciones que se arrastra desde el inicio del año hidrológico se ha incrementado de forma considerable a lo largo del invierno. Los datos del Meteorológico apuntan que a fecha 31 de marzo el volumen total de agua acumulado por las precipitaciones registradas en las cuencas peninsulares en los últimos siete meses supone un 37 por ciento menos que el valor medio habitual para esas fechas. El Instituto considera «muy llamativo» de esta situación de sequía que desde el pasado mes de noviembre hasta el mes de marzo de 2005, todos los meses transcurridos han sido secos o muy secos.

Además, y según este organismo, el período de cinco meses comprendido entre noviembre y marzo se puede considerar el más seco al menos desde 1947, año en que se comenzó a recopilar el volumen de precipitaciones obtenida de los datos de la red pluviométrica del Instituto. Según los datos de este instituto dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, el año hidrológico -que comienza el 1 de septiembre- se sigue caracterizando una vez entrada la primavera por el acusado déficit de precipitaciones en la mayor parte del territorio nacional.

Destaca el mes de enero, durante el cual sólo llovió en conjunto el 16 por ciento del valor medio, mientras que el mes de diciembre ese porcentaje fue del 62 por ciento y se considera el mes «menos seco» de este periodo analizado de siete meses. En noviembre, el porcentaje que representaron las precipitaciones medias registradas sobre los valores normales fue del 44 por ciento, mientras que tanto en febrero como en marzo este porcentaje se sitúa entre el 55 y el 60 por ciento. Si se considera el período estrictamente invernal (invierno astronómico) la precipitación media en la España (en la península) es de poco más de 70 milímetros de agua, frente a los 200 milímetros de valor normal.

Según la misma fuente, se da además la circunstancia de que sobre una muy amplia franja central del país que cubre la mitad sur de Castilla y León, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, el norte de Andalucía y Aragón, las precipitaciones invernales no llegaron a acumular ni siquiera la cuarta parte del valor normal.

El predominio de las altas presiones invernales sobre el suroeste de Europa y la colocación con frecuencia del anticiclón al oeste o noroeste de la península ibérica ha propiciado la entrada en la península de masas de aire de origen ártico en diversos episodios a lo largo del invierno, sobre todo en su segunda mitad. Las olas de frío más intensas son las que se han registrado en las terceras decenas de enero y febrero, así como de los primeros días de marzo.